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Etiqueta: Desastre

  • Pujan los partidos

    Por Miguel Tirado Rasso

    Después de la emergencia, el drama continúa. Conmovedora, sin duda, la respuesta de la población civil, en particular, la participación de miles de jóvenes, hombres y mujeres, que sin más decidieron apoyar en lo que fuera necesario y que, sin duda, han sido un factor importante en el auxilio brindado a damnificados por este desastre. Una sociedad civil volcada en ayuda a sus hermanos en desgracia que, una vez más, mostró una consciencia de solidaridad ejemplar.

    De destacar, por supuesto, la labor de las fuerzas armadas. La marina y el ejército, trabajando en labores de rescate, hombro a hombro con personal de protección civil, con brigadistas voluntarios y expertos rescatistas nacionales y extranjeros. Jornadas interminables, trabajando sin descanso para localizar a quienes habrían quedado atrapadas entre muros y techos derrumbados por la furia del temblor, siempre con la esperanza de recuperarlos con vida, lo que desafortunadamente, no siempre se logró.

    Los gobiernos federal y local, han estado a la altura. Su reacción fue inmediata y oportuna, brindando seguridad, vigilancia y orden en las zonas de desastre. Desde luego que siempre es posible hacer un poco más, pero lo importante es lograr que los esfuerzos se sumen y exista coordinación en trabajos delicados como los que implican el rescate de vidas humanas en siniestros de esta naturaleza. Porque además de empeño, entusiasmo y decisión, se requiere el conocimiento y la experiencia de expertos que organicen y conduzcan estas labores con las medidas de seguridad que eviten riesgos innecesarios.

    Se dice que la sociedad civil volvió a rebasar al gobierno, como hace 32 años. Nada que ver ahora, con el estado de pasmo en que cayó el Presidente Miguel de la Madrid en 1985. Puede ser que los ánimos y las preferencias de la población, no muy favorables al Ejecutivo Federal, consideren insuficiente su actuación. Y que, por ahí existan también quienes vean en esta circunstancia una oportunidad para golpear al gobierno. Pero no podemos ignorar los tiempos políticos que vivimos, con una sucesión presidencial a poca distancia. Por lo pronto, en esta dramática etapa del rescate de personas, ha estado presente y cumpliendo. Porque las fuerzas armadas, el Ejército y la Marina, la Policía Federal, los bomberos, el personal de protección civil, el de hospitales y clínicas de seguridad social, los de instituciones de asistencia social, los trabajadores de organismos como la CFE, la CONAGUA, entre otros, son, precisamente, ese gobierno.

    Lo que no podríamos decir igual de los partidos políticos y sus actores, porque ellos sí que se pasmaron, y sólo hasta varios días después del siniestro reaccionaron, pero para entrar en una especie de subasta para ver quién da más, con cargo a las prerrogativas que, por ley, les corresponde. Y lo que debería haber sido un acto de solidaridad sin condiciones con los damnificados de los recientes sismos, en base a un acuerdo interpartidista, que hubiera ayudado a limpiar un poco su imagen, se ha convertido en una competencia política en el fondo y en la forma.

    En esta puja de partidos, el primero que le vio ventaja a la desgracia, desde el sismo del 7 de septiembre, fue el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien se adelantó a sus colegas ofreciendo el 20 por ciento de sus gastos de campaña de 2018 (sobre 100 millones de pesos) que, posteriormente, elevaría a 50 por ciento y, para rematar, plantearían una plan de austeridad para crear un fondo de reconstrucción con 302 mil millones de pesos, a través de una redistribución del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

    El siguiente en levantar la mano sería el dirigente del PRI, Enrique Ochoa Reza, que ofreció el 25 por ciento de sus prerrogativas de este año, 258 millones de pesos, para entregarlos de inmediato. Ante la competencia de ofrecimientos, el político tricolor mejoraría su propia propuesta, ahora con una reforma constitucional para reducir a cero el financiamiento público de los partidos y desaparecer la figura de legisladores plurinominales, federales y locales, lo que dijo, significaría un ahorro de casi 20 mil millones de pesos que se destinarían a los damnificados y al programa de reconstrucción.

    Para no quedarse atrás, los dirigentes de los partidos integrantes del Frente Ciudadano por México, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado, respectivamente, han propuesto destinar el 100 por ciento del financiamiento que les corresponde a sus partidos en 2018, dentro de un plan para apoyar a los damnificados con una bolsa de 60 mil millones de pesos, que consideraría, entre otros, la cancelación del seguro de gastos médicos mayores a funcionarios, del uso de celular y pago de gasolina, además de limitar la publicidad gubernamental y la reducción del 50 por ciento del personal de honorarios de gobierno.

    Y, aunque aparentemente todos coinciden en la necesidad de destinar recursos de las prerrogativas al apoyo de damnificados, las diferencias surgen en los detalles de cómo hacerlo. El político tabasqueño, siguiendo su línea de mandar al diablo a las instituciones, ha decidido que sea a través de un fideicomiso, creado y manejado por lópezobradoristas de pura cepa, la entrega de los recursos, porque no confía en el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN). Otras opiniones plantean que se debe crear un fondo para la reconstrucción, o que se entreguen al FONDEN o bien, que se depositen en la Tesorería de la Federación.

    Tantas propuestas han complicado lo que debiera depender de un simple acuerdo de buena voluntad en el que todos los partidos políticos renuncian a un porcentaje determinado de sus prerrogativas de este año y de 2018, y que, por supuesto, no sean ellos los que entreguen los recursos, porque estando en tiempos electorales, las entregas directas tendrían un mensaje político con propósitos de campaña.

    Pero por lo que se ve, la concreción de tan buenas intenciones se puede alargar por tiempo indefinido, ante el choque de vanidades que dificultan los acuerdos. Y es que los dirigentes de todos los partidos están enredados en la disputa por la paternidad de la propuesta y por ser el más generoso, cuando la magnitud del desastre y la necesidad de ayuda, no están para satisfacer intereses políticos.

  • Corporativo – Suspensión laboral tras el sismo

    Por Rogelio Varela

    Una de las consecuencias de los sismos ha sido la suspensión de actividades laborales luego de la afectación de miles de inmuebles que tendrán que ser demolidos ó en el mejor de los casos remodelados.

    El tema comienza a inquietar a empresas de todos tamaños, en especial en la capital del país.

    Y es que si bien existe sobreoferta de oficinas en varias zonas de la ciudad de México será complicado encontrar instalaciones adecuadas para todas las empresas afectadas, en especial por los costos.

    Ante esa preocupación fíjese que el Bufete Sales Boyoli anticipa un fuerte jaloneo laboral ya que “la Ley Federal del Trabajo tiene artículos que apoyan tanto al empleado como al empleador en caso de suspensión de la relación laboral.

    A decir de Jorge Sales Boyoli, socio fundador de esa firma asesora, una salida en el corto plazo ha sido el trabajo a distancia, algo que permiten las nuevas tecnologías, pero que tienen sus límites y a diferencia del terremoto de 1985 se puede dar de forma intensiva y no solo para la alta gerencia.

    Como sea habrá empresas que tendrán que ajustar personal ante la imposibilidad de sufragar gastos por oficinas que sean seguras.

    Y bueno, por el lado de los trabajadores, no solo del sector público incluso del sector público, en estos momentos existe rechazo a regresar a inmuebles donde se tiene sospecha de fallas estructurales, y donde no ha faltado el vivo que ha comenzado a resanar fracturas sin mediar peritaje alguno.

    Al respecto, Sales Boyoli dice que con la reforma del 2012 a la Ley Federal del Trabajo se añadió al Artículo 42 bis un apartado que prevé que haya suspensión de la relación laboral, cuando las autoridades emitan una declaratoria de emergencia sanitaria, y propone que en la actual coyuntura se podría ampliar la declaratoria de emergencia por desastre natural.

    En dicho artículo ya está previsto que el patrón estará obligado a pagar a los trabajadores un día de salario mínimo, por cada día de contingencia, pero la pregunta es cuántas empresas estarían dispuestas a ofrecer a sus trabajadores tal garantía.

    La ruta del dinero
    El tipo de cambio ha vuelto a presionarse y entre las empresas que están salvando un riesgo cambiario anote a TV Azteca que dirige Benjamín Salinas Sada que acaba de informar al mercado que cubrirá de manera anticipada, el 30 de octubre próximo, un pago por 165 millones de dólares de un bono por 500 millones de dólares que vencía hasta el 2020. Con esto se amortizará en su totalidad dicho papel…En Guatemala, la Contraloría General de Cuentas (CGC) ya emitió el Informe Oficial del Examen Especial de Auditoría a Contrataciones del Estado, relacionado con el contrato y el proceso de licitación de servicios de Diálisis Peritoneal Continua Ambulatoria (DPCA) para pacientes del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) dando como ganador a la mexicana Droguería PiSA.

  • ¿Qué deben hacer empleados y empleadores ante la “Suspensión de la Relación Laboral” a consecuencia de los sismos ocurridos en el último mes?

    Por Bufete Sales Boyoli

    Dada la preocupación que existe después de los daños causados en diversos centros de trabajo, a consecuencia de los sismos ocurridos en el último mes, el Bufete Sales Boyoli, asesores legales con amplia experiencia en materia laboral, sugieren 3 posibilidades en función de las responsabilidades que se tienen tanto por el lado del patrón como del trabajador.

    El Lic. Jorge Sales Boyoli, socio fundador del Bufete Sales Boyoli, especialistas en el mercado laboral, apunta que “La Ley Federal del Trabajo tiene artículos que apoyan tanto al empleado como al empleador en caso de una suspensión de la relación laboral, pero también tenemos algunas recomendaciones con el fin de que éstos lleguen a acuerdos convenientes y favorables para ambos”

    La primera.- Se basa en lo instituido en la La Ley Federal del Trabajo, la cual establece las obligaciones del patrón en su Artículo 132 y específicamente en la Fracciones XVI y XVIII, habla sobre las condiciones que debe ofrecer en el lugar de trabajo:

    XVI. Instalar y operar las fábricas, talleres, oficinas, locales y demás lugares en que deban ejecutarse las labores, de acuerdo con las disposiciones establecidas en el reglamento y las normas oficiales mexicanas en materia de seguridad, salud y medio ambiente de trabajo, a efecto de prevenir accidentes y enfermedades laborales. Asimismo, deberán adoptar las medidas preventivas y correctivas que determine la autoridad laboral

    XVIII. Fijar visiblemente y difundir en los lugares donde se preste el trabajo, las disposiciones conducentes de los reglamentos y las normas oficiales mexicanas en materia de seguridad, salud y medio ambiente de trabajo, así como el texto íntegro del o los contratos colectivos de trabajo que rijan en la empresa; asimismo, se deberá difundir a los trabajadores la información sobre los riesgos y peligros a los que están expuestos.

    Si el patrón no cumple con lo dispuesto, las sanciones son considerables y están previstas en la ley.

    El empleado tiene derecho a retirarse del lugar de trabajo y demandar al empleador, por exponer su integridad, ante la Junta de Conciliación y Arbitraje.

    De acuerdo con la Fracción VII del Artículo 51 de la Ley Federal del Trabajo, son causas de rescisión de la relación de trabajo, sin responsabilidad para el trabajador:

    VII. La existencia de un peligro grave para la seguridad o salud del trabajador o de su familia, ya sea por carecer de condiciones higiénicas el establecimiento o porque no se cumplan las medidas preventivas y de seguridad que las leyes establezcan.

    La segunda.- Está apoyada en la suspensión colectiva, una de las causas es la fuerza mayor o el caso fortuito, aquí encaja un desastre natural.

    Para promover la terminación laboral, el patrón inicia un procedimiento de “Suspensión Colectiva de la Relación de Trabajo” frente a la Junta de Conciliación y Arbitraje, quien será la encargada de aprobar o desaprobar dicho procedimiento; además de fijar cuánto y cómo se les deberá pagar a los trabajadores. Cabe resaltar que estos procedimientos son expeditos.

    La tercera.- Son algunas propuestas que hace el Bufete Sales Boyoli, con el fin de mantener una buena relación laboral:

    A) Llegar a un común acuerdo, que sea conveniente para ambas partes

    B) El trabajo a distancia o teletrabajo, es decir que el empleado trabaje desde su hogar o un lugar seguro, para cumplir con sus responsabilidades en el empleo

    C) Con la reforma en el año 2012 a la Ley Federal del Trabajo, esta añadió al Artículo 42 bis, un apartado que prevé que haya suspensión de la relación laboral, cuando las autoridades emitan una declaratoria de emergencia sanitaria.

    El Bufete Sales Boyoli, propone que se podría ampliar la declaratoria de emergencia por desastre natural.

    En dicho artículo ya está previsto que el patrón estará obligado a pagar a los trabajadores un día de salario mínimo, por cada día de contingencia.

  • Fondos federales y seguros mitigan daños por sismo

    fondos federales, 

    Por Fitch Ratings

    El impacto en el gasto de los estados de Chiapas [A(mex), Perspectiva Negativa] y Oaxaca [A-(mex), Perspectiva Negativa], a consecuencia del sismo de 8.2 grados en la escala de Richter registrado el 7 de septiembre de 2017, será mitigado por la disposición de fondos federales para atender estas contingencias y el apoyo histórico de la Federación, considera Fitch Ratings. Para el caso del estado de Oaxaca, además se cuenta con un seguro contra catástrofes por MXN786 millones para cubrir la parte estatal de lo erogado en caso de un desastre natural. Este fue renovado en junio de 2017 y está vigente hasta julio de 2018 con Agroasemex, institución de seguros federal.

    El 7 de septiembre de 2017, el Servicio Sismológico Nacional reportó el sismo con mayor magnitud en los últimos 100 años. El epicentro se localizó a 133 kilómetros al suroeste de Pijijiapan, Chiapas. Aunque las afectaciones mayores se concentran en los estados de Chiapas y Oaxaca, el sismo se percibió en gran parte del sur y centro del país. El 14 de septiembre de 2017, la Secretaria de Gobernación (Segob) emitió la declaratoria de desastre natural para 283 municipios de Oaxaca y 97 municipios de Chiapas. La declaratoria permitirá a ambos estados acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) de la Federación.

    Fitch considera que con la activación de Fonden se cubrirá una parte de las necesidades de gasto para atender a la población afectada y los requerimientos de reconstrucción de la infraestructura dañada debido al fenómeno geológico. Fonden cubre afectaciones a la vivienda de familias en situación de pobreza patrimonial, así como los daños en la infraestructura pública federal, estatal y municipal. Por medio de este fondo, la Federación se hace cargo del costo de la reconstrucción de 100% de infraestructura federal y hasta 50% de la estatal. Los recursos de Fonden son administrados a través de un fideicomiso a cargo de Banobras. De acuerdo al Presupuesto de Egresos de la Federación, para 2017 se tiene presupuestado MXN6,035 millones para Fonden.

    El 4 de agosto de 2017, el Banco Mundial emitió una serie de bonos catastróficos que brindan a México una cobertura por hasta USD360 millones ante pérdidas derivadas por sismos y ciclones tropicales. Para el caso de las contingencias por sismos, la cobertura es por hasta USD150 millones, por lo que este monto podría sumarse a los recursos de Fonden. La Federación puso en marcha una serie de apoyos fiscales a las personas y empresas de las zonas afectadas en Chiapas y Oaxaca. Entre dichas medidas, destaca la deducción inmediata de las inversiones efectuadas en bienes nuevos de activo fijo entre el 7 de septiembre de 2017 y el 31 de marzo de 2018 y el pago a plazos en forma diferida por hasta 12 parcialidades de las cuotas patronales de seguridad social, entre otras. Estas medidas no aplican a los gobiernos de los estados, municipios ni a sus organismos descentralizados.

    Las calificaciones actuales de las entidades calificadas por Fitch consideran la volatilidad de los márgenes operativos en escenarios de estrés, por lo que no se esperan variaciones de las mismas en el corto plazo a consecuencia del sismo. Tanto Chiapas como Oaxaca cuentan con un endeudamiento moderado y una liquidez limitada. Algunos de sus financiamientos actuales fueron contratados en años anteriores para cubrir eventualidades ocasionadas por contingencias de desastres naturales. Ambos estados tienen necesidades significativas en materia de infraestructura y servicios públicos, mismas que se acrecentarán con el sismo. Fitch dará seguimiento a las acciones implementadas y a su impacto en la flexibilidad financiera y el endeudamiento de estas entidades.

    De acuerdo a la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios (LDF), a partir de 2017 las entidades federativas deberán prever en sus presupuestos de egresos recursos para atender a la población afectada y los daños causados a la infraestructura pública estatal ocasionados por desastres naturales. En 2017, los estados deberán reservar, dentro de un fideicomiso público constituido para este fin, por lo menos 2.5% de los recursos equivalentes al promedio de los últimos 5 años actualizados por la inflación de la aportación realizada por la entidad para la reconstrucción de la infraestructura como contraparte de Fonden. Este porcentaje se elevará para 2018 a 5%, para 2019 a 7.5% y a partir de 2020 10%. Además, conforme a la LDF, por lo menos 50% del excedente de los ingresos de libre disposición deberá ser destinado a la amortización anticipada de la deuda y a la aportación a fondos para la atención de desastres naturales, entre otros.

    Conforme al Sistema Nacional de Protección Civil de la Segob, desde 1980 el evento catastrófico más caro y devastador del país ha sido el sismo de 1985; su costo estimado es de USD4,100 millones. Después de este evento están los ciclones tropicales Ingrid y Manuel que en 2013 afectaron al estado de Guerrero y 20 entidades más; sus daños ascendieron a USD3,041 millones. De acuerdo a la Segob, desde 1991, 90% de los daños y pérdidas han sido ocasionados por fenómenos hidrometeorológicos.

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